Todos los modelos de coaching trabajan de una forma u otra en la exploración del Propósito. Ayudan a la persona a destilar todo eso que es especialmente cierto sobre ella en un Statement o Declaración en la que se comprometa a tener un impacto transformador específico en aquellos que se cruzan en su camino y en los contextos de los que forma parte. En una frase sintetizamos el cambio que queremos ver en el mundo y cómo queremos empezar a “ser ese cambio” a través de nuestras acciones, decisiones e interacciones con otros. Tiene una conexión profunda con las fortalezas y valores más arraigados en nosotros y al menos teóricamente, se trata de vivir en mayor coherencia. Habla de la forma en la que queremos marcar la diferencia o dejar nuestra huella.
Una vez más sucede que, como venimos comentando en esta serie de post sobre Focusing, la formulación de Propósito a la que la persona llega ayudada por su coach, puede tener mayor o menor fuerza en función de lo anclada y lo informada que esté por la emoción primaria corporalmente sentida de la persona. En general podríamos decir que cuanto más disociada esté la personas de ciertas emociones primarias desadaptativas que siente y por lo tanto, menos se haya apropiado de las necesidades afectivas subyacentes a dichas emociones, más probable es que el propósito que la persona declara sea poco sostenible. Es decir, que la persona lo viva y lo actúe de una manera poco ecológica con sus propias necesidades afectivo-existenciales. Y que dicho propósito contenga trazas de su lucha interna con la vulnerabilidad inherente a sentirse a sí misma como alguien también necesitado.
¿Qué pasará si propones a tus coachees utilizar su propio propósito como una sonda de Focusing? Pídeles que repitan tres veces su statement de propósito y acompaña con Focusing el despliegue de su sensación corporalmente sentida respecto a “todo eso” que incluye su propósito. Te sorprenderá la cantidad de veces que aparecen emociones poco esperadas por la persona, que parecen no encajar con ese ideal pero cuyo despliegue es el camino para que ese propósito se vuelva realmente sostenible, ecológico y viable. Es la dosis de realidad que un buen propósito necesita.
Haciendo este ejercicio recientemente, un coachee conectó con un cansancio y una soledad muy profundas, relacionada con su rol de “dar y dar” en casi todos los ámbitos de su vida. Ocurra lo que ocurra en cada caso, te garantizamos que será valioso y relevante.
Transforma tu Coaching.