La Fase de Ira en el Duelo Animal: Acompañando las Emociones
Ante la pérdida de un animal de familia se puede experimentar una amplia gama de emociones y sentimientos que se pueden suceder a lo largo varias etapas. El vínculo tan fuerte que se crea con nuestro compañero animal, sea perro o gato o cualquier otra especie, que procesar el duelo puede resultar más complicado de lo que alguien que no haya vivido la experiencia pueda creer.
Una de las fases del duelo más intensas y difíciles de gestionar es la ira, y en la que el apoyo de profesionales de la salud y el bienestar emocional puede volverse fundamental para avanzar.
La Ira: aceptar la realidad de la pérdida
La ira es una respuesta emocional normal que puede surgir tras la pérdida de un ser querido, y que nos ayuda a procesar el dolor para superar el duelo. Cuando perdemos a un animal de compañía, puede manifestarse la ira en forma de frustración, resentimiento o incluso agresión hacia uno mismo o hacia otros.
Esta emoción, que habitualmente se desencadena tras la fase de negación, aunque a veces puede ser incluso nuestra primera reacción, sirve como un mecanismo de defensa que permite canalizar el dolor y la tristeza. La ira puede ofrecer una salida para la energía emocional acumulada y puede ser un primer paso hacia la aceptación de la pérdida.
Según Kübler-Ross (1969), la ira forma parte de un proceso adaptativo que ayuda a las personas a confrontar y procesar su duelo. Sin embargo, el desafío es cómo esta ira se manifiesta y se gestiona en un contexto tan profundamente personal como el amor hacia un miembro de la familia.
Comprendiendo la Ira
La ira en el duelo puede desencadenar múltiples reacciones. Los responsables pueden mostrar frustración hacia sí mismos por no haber podido prevenir la pérdida, o pueden sentirse enfados con el veterinario por no haber conseguido salvar al animal. A veces, incluso pueden dirigir su ira hacia el propio animal que ha fallecido, culpándolo de dejarles.
Estas emociones son parte del repertorio emocional complejo que acompaña a la pérdida. Es importante que los profesionales comprendamos que la ira es una respuesta natural que surge con la intención de aliviar este dolor, a la vez que supone un reconocimiento del vínculo emocional profundo que existía entre el responsable y su compañero peludo.
El Rol del Profesional
Como veterinarios, psicólogos, coaches o terapeutas multiespecie, es importante tener en cuenta que debemos ofrecer un espacio seguro y comprensivo donde los responsables se sientan aceptados y respetados, libres de expresar y canalizar su ira y frustración.
Sostener a nuestros clientes desde la empatía y la aceptación emocional, ayudarles a entender que es natural sentir dolor cuando perdemos a nuestro animal, y que hay diferentes maneras de vivir la pérdida del que fue un miembro más de la familia puede ayudarte a acompañarles hacia la fase de aceptación.
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Cómo Avanzar
El proceso de duelo es único para cada persona, y no hay una forma «correcta» de experimentarlo. La fase de ira en el duelo animal es una parte natural y necesaria. Reconocer, validar y facilitar la canalización de esta emoción, y proporcionar un apoyo compasivo ayudará a las familias multiespecie a encontrar su camino hacia la aceptación y la paz, y a encontrar consuelo en los recuerdos felices y en los momentos compartidos.
Referencias
- Kübler-Ross, E. (1969). On Death and Dying. Routledge.
- Worden, J. W. (2009). Grief Counseling and Grief Therapy: A Handbook for the Mental Health Practitioner. Springer Publishing Company.
- Kogan, L. R., & Schoenfeld-Tacher, R. (2009). «Animal-assisted therapy: The potential for improving the quality of life of people with chronic illness», 15(1), 58-63.