Los animales de familia juegan un papel muy importante en la vida de muchas personas, ofreciéndonos compañía, amor incondicional y un sentido de pertenencia. Sin embargo, al referirnos a ellos con el término «mascota», no reflejamos lo que las personas sienten, dado que son un miembro más de la familia. Hoy en día, más de la mitad de los hogares incluye al menos a un perro o un gato. Comprender el papel que desempeñan y tener en cuenta aspectos como la manera en que se les nombra es crucial para los profesionales que ofrecen apoyo a la familia multiespecie, desde veterinarios a coaches o terapeutas.

Origen de la Palabra «Mascota»

El término «mascota» proviene del francés «mascotte», que significa «amuleto o talismán». Con el tiempo, este término se utilizó para referirse a la tenencia de animales en los hogares. Sin embargo, esta etimología sugiere una concepción superficial y utilitaria de los animales, y no capta la complejidad del vínculo que las personas desarrollan con sus compañeros de cuatro patas.

Conoce los Títulos Propios de THAEI y fórmate como «Especialista en Duelo Multiespecie y Animal» para que tus clientes multiespecie se sientan reconfortados con tu apoyo. Descarga el PDF con toda la información detalladas sobre nuestros Programas Especialista https://api.leadconnectorhq.com/widget/form/7QCrbMF3wx8nLmnXdqm5


La Importancia de Reconocer su impacto en nuestra vida

Diversos estudios han demostrado que tener animales de compañía es altamente beneficioso para nuestra salud física y mental. Por ejemplo, tener un perro nos puede a ayudar a aumentar la actividad física. Los animales nos ayudan a reducir el estrés y los niveles de ansiedad, los niveles de cortisol, los niveles de colesterol y la tensión arterial (p. e. Kogan et al. (2016)).

La tenencia de animales de familia puede mejorar la calidad de vida de las personas y proporcionar apoyo social, y también pueden tener efectos positivos en el desarrollo de nuestras habilidades sociales, en la asunción de nuevas responsabilidades e incluso mejorar la calidad de nuestras interacciones sociales.

Esto acentúa la necesidad de reconocerles como seres sintientes que precisan nuestro respeto y comprensión.

Fomentar el respeto por nuestros compañeros animales

La inclusión de los animales en nuestra familia implica reconocer su estatus como miembros plenos de la familia, con emociones, necesidades y derechos. El vínculo humano-animal va mucho más allá de «tener una mascota». Tomar conciencia de esto influirá en la forma en que acompañamos a nuestros clientes en momentos tan delicados como el duelo. Es fundamental que los profesionales multiespecie muestren mayor empatía con sus clientes y adopten un lenguaje que refleje la relación profunda que comparten con sus animales.  Utilizar términos como «compañero» o «animal de familia» en lugar de «mascota» puede fortalecer la confianza de sus responsables en nuestra capacidad para acompañarles.

Para los profesionales que ayudan a las personas que están de duelo por la pérdida de un animal, este cambio de lenguaje tendrá un impacto significativo. Al utilizar un lenguaje que valida la relación emocional, nos será más sencillo proporcionarles el espacio seguro necesario para que puedan transitar y procesar el dolor por su pérdida.

Una Llamada a la Sensibilidad

Nuestros pequeños amigos no son solo «mascotas»; son compañeros de vida. Reconocer a los animales como miembros de la familia es vital para que la persona se sienta bien acompañada y sostenida incluso en momentos tan delicados como su pérdida.

Como profesionales al servicio de la familia multiespecie y de su salud y bienestar emocional, se torna por tanto fundamental que seamos cuidadosos con el lenguaje que utilizamos en relación a la interacción humano-animal.

Referencias

  1. 1. Kübler-Ross, E. (1969). On Death and Dying. Routledge.
  2. 2. Worden, J. W. (2009). Grief Counseling and Grief Therapy: A Handbook for the Mental Health Practitioner. Springer Publishing Company.
  3. 3. Kogan, L. R., & Schoenfeld-Tacher, R. (2009). «Animal-assisted therapy: The potential for improving the quality of life of people with chronic illness», 15(1), 58-63