La Fase de Depresión en el Duelo por la Pérdida de un Animal de Familia
La pérdida de cualquier miembro de la familia, sea perro o gato, humano o animal, es una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. Nuestros compañeros peludos son un miembro más de la familia, nos brindan amor incondicional, y se convierten en parte integral de nuestras vidas.
Vivir el duelo por la muerte de los animales de familia es un momento especialmente crítico. Muchos responsables atraviesan un proceso de duelo que incluye una amplia gama de emociones, procesadas en varias etapas. Probablemente una de las fases del duelo más críticas que podemos experimentar es la de tristeza y depresión.
Entendiendo la Depresión en el Duelo animal
Tras la fase de negación, la ira y la fase de negociación se puede desencadenar una tristeza profunda. Esta emoción natural ante la pérdida de un ser querido es una de las etapas del duelo más difíciles de procesar. Durante este período, muchas personas se sienten abrumadas por la tristeza profunda y el vacío emocional que representa la ausencia de su querido animal.
Esta tristeza puede manifestarse de varias maneras, como experimentar una pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras, tener una sensación de desesperanza, dificultad para encontrar consuelo y superar el duelo.
Es importante reconocer que la depresión en el duelo no es solo una reacción a la pérdida, sino que también puede manifestarse como un estado persistente, dificultando la recuperación emocional. En ocasiones, superar la pérdida puede resultar más complicado e incluso precisar la intervención y acompañamiento profesional (por ejemplo, de un psicoterapeuta focalizado en la emoción).
Esta etapa puede llevar a vivir en el pasado, recordando constantemente a nuestro animal y sintiendo que la vida carece de sentido sin ellos. Es esencial que quienes transitamos por esta fase comprendamos que, aunque este dolor resulta difícil de soportar, es un componente normal del proceso de duelo.
El Rol de los Profesionales Multiespecie
Como profesionales que acompañamos a familias multiespecie, tenemos la responsabilidad de ofrecer un apoyo significativo y crear el espacio que permita sostener las emociones experimentadas por la persona tras la muerte de un animal. Entender y validar la tristeza que sienten los distintos miembros de la familia, tener una visión sistémica, y derivar si fuese preciso a otro profesional, es crucial para que las personas puedan procesar su dolor y avanzar hacia la vida.
Cada vez son más las familias que deciden buscar ayuda para aceptar la realidad de la pérdida y transformar el dolor en amor. Conoce los Títulos Propios de THAEI y fórmate como «Especialista en Duelo Multiespecie y Animal»; descubre cómo sostener a tus clientes para que puedan procesar la tristeza. Descarga el PDF con toda la información detalladas sobre nuestros Programas Especialista https://api.leadconnectorhq.com/widget/form/7QCrbMF3wx8nLmnXdqm5
La fase de depresión en el duelo por la pérdida de un animal de compañía puede ser abrumadora, pero es una reacción natural ante el profundo amor que hemos compartido. Sentir dolor tras el fallecimiento de un animal precisa respeto y compasión. Como profesionales, nuestra misión es ayudar a los responsables a sentir y aceptar su dolor, para procesar de manera adecuada la pérdida..
Recordemos que, aunque la tristeza y la depresión son complicadas, son etapas necesarias en el proceso de duelo. Al ofrecer aceptación incondicional y validación, podemos ayudar a las familias multiespecie a encontrar esperanza y consuelo, a honrar la vida compartida con sus animales y recordar siempre el amor incondicional que sus compañeros peludos les ofrecieron.
Referencias
- Kübler-Ross, E. (1969). On Death and Dying. Routledge.
- Worden, J. W. (2009). Grief Counseling and Grief Therapy: A Handbook for the Mental Health Practitioner. Springer Publishing Company.
- Kogan, L. R., & Schoenfeld-Tacher, R. (2009). «Animal-assisted therapy: The potential for improving the quality of life of people with chronic illness», 15(1), 58-63.